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miércoles, 28 de agosto de 2024

¿Qué es el chagalapoli?

Emprendimos un viaje a la hermosa Estación de Biología Tropical Los Tuxtlas (EBTLT). Después del largo trayecto del centro del país hasta la costa veracruzana, detenerse en Catemaco es obligatorio; recorrimos algunas calles del centro, caminamos por el malecón y desayunamos. Y así fue como nos encontramos con esta deliciosa fruta, que a primera vista se confunde con un capulín (Prunus serotina Ehrh.), pero que las personas la llaman “chagalapoli”.


Vista desde el malecón de Catemaco, Veracruz

Arquitectura biofílica en las calles de Catemaco

Fruto de chagalapoli

Muchos comerciantes en las calles colindantes al mercado vendían chagalapoli, nos comentaron que la temporada buena para la recolecta del fruto eran los meses de marzo y abril, ¡que se prepara de todo con él y es un remedio infalible contra el calor de la región!

Agua 

Helado

Disfrutando de un refrescante smoothie

Vendedor de raspados y hielitos (bolis)

Salsa

El propósito del viaje a Veracruz era tomar el curso sobre la Diversidad de Árboles Tropicales de México, impartido por el Dr. Guillermo Ibarra Manríquez, la M. en C. Guadalupe Cornejo Tenorio, la Dra. Ángela O. Rojas Cortés y el M. en C. Iván L. Ek Rodríguez. En este curso aprendimos sobre algunas de las familias botánicas más representativas para las zonas tropicales de México, entre ellas la familia Primulaceae (que ahora incluye lo que antes era Myrsinaceae, Larson et al., 2023).Y encontramos nuestro conocido del primer día: resulta que el chagalapoli pertenece a esta familia, y el nombre científico de este sabroso fruto es Ardisia compressa Kunth.

Pero ¿cómo reconozco a la planta, es decir, cuáles son las características morfológicas de A. compressa? Es un árbol de 2 a 4 m de alto, tronco de 5 a 10 cm de diámetro, corteza lisa a ligeramente rugosa, pardo-amarillenta, brecha pardo-anaranjada; hojas simples, alternas, margen entero; inflorescencias de 5 a 15 cm de largo, flores blancas; las infrutescencias son drupas, negras, de 6 a 8 mm de diámetro (Cornejo-Tenorio et al., 2019).


Ardisia compressa Kunth

Paisaje con árboles de A. compressa


Algunas personas nos comentaron que el chagalapoli era un fruto silvestre endémico de los Tuxtlas, Veracruz. Esto nos llamó mucho la atención, así que buscamos información sobre la distribución de la especie y para nuestra sorpresa ¡A. compressa no es endémica! (ver GBIF, Naturalista y EncicloVida). Se puede encontrar en varios países, tanto en México, Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Brasil. Y como se observa en el mapa, en México también se distribuye ampliamente en zonas cálido-templadas de Zacatecas, Jalisco, Michoacán, Estado de México, Guerrero, Puebla, Veracruz, Oaxaca, Chiapas y Campeche.
 
Dependiendo de la región, A. compressa recibe distintos nombres comunes: capulín agrio, capulín tropical, capulín de mayo. En la Sierra Norte de Puebla se le denomina acáchul (Vargas-Santos et al., 2023), y es con esta fruta con la que se elabora el tradicional “licor de acáchul”.

Distribución de A. compressa en México.
Datos de distribución tomados del GBIF, la información de los distintos tipos de clima fue tomada de INEGI y agrupada en unidades climáticas.

Licor de acáchul

Además de la relevancia en la gastronomía de varias localidades, de su sabor agradable y refrescante, el chagalapoli posee una alta capacidad antioxidante, es rico en antocianinas y flavonoles (Hernández Gutiérrez, 2017; Vargas-Santos et al., 2023). Tiene propiedades medicinales: en Veracruz, se aplica contra padecimientos digestivos (diarrea, disentería), para "apretar los dientes" y para la tos (Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana, 2009). Además, se ha comenzado a explorar su aprovechamiento en la industria alimentaria (Vázquez-Sánchez et al., 2021) y en las parcelas cafetaleras para dar sombra (Martínez-Blanco et al., 2019). 

Inicialmente el chagalapoli nos resultó un fruto delicioso y fue muy asombroso pensar que se podía encontrar únicamente en los Tuxtlas. Pero resulta que no es endémico y se distribuye en muchas otras regiones del país. Sin embargo, no dejan de maravillarnos las distintas formas en que las personas saben aprovecharlo y con ello nos surgen más preguntas: ¿existe algún uso del chagalapoli que se conserve desde épocas prehispánicas? Además de la recolección, ¿existe otra forma de manejo para la planta? ¿Sigue siendo una especie silvestre? ¿Cómo se aprovecha en las distintas regiones de México?
  
Si en donde vives has observado que se encuentra A. compressa, puedes compartirnos el nombre con el que lo conoces, algunos de los usos que tiene o cualquier información que te parezca relevante en los comentarios.


Referencias:

Cornejo-Tenorio, G., Ibarra-Manríquez, G. & Sinaca-Colín, S. (2019). Flora de los Tuxtlas: guía ilustrada. Universidad Nacional Autónoma de México, Ciudad de México.

Hernández Gutiérrez, M. (2017). Identificación de compuestos bioactivos en frutas silvestres comestibles de Veracruz: Chagalapoli (Ardisia compressa) y su importancia como fuente de antioxidantes [Tesis de Licenciatura]. Universidad Nacional Autónoma de México, Ciudad de México.
 

Martínez-Blanco, A., Almeraya-Quintero, S. X., Guajardo-Hernández, L. G., Pérez-Hernández, L. M., & Regalado-López, J. (2019). La utilidad de Ardisia compressa Kunth en parcelas cafetaleras. Agro Productividad 12(9): 41-46.

Vargas-Santos, R.L., Hilario-Medina, S., Torres-Rodríguez, A. & Vázquez-Sánchez, A.Y. (2023). Caracterización fisicoquímica de un polvo de Ardisia compressa Kunth usado para elaborar productos de panificación. Revista Internacional de Investigación e Innovación Tecnológica 10(60): 60-70.

Vázquez-Sánchez, A. Y., Corfield, R., Sosa, C., Salvatori,D. & Schebor, C. (2021). Physicochemical, functional, and sensory characterization of apple leathers enriched with acachul (Ardisia compressa Kunth) powder. LWT - Food Science and Technology 146: 1-8. 
 
Autora: Joselyn Briseño

lunes, 1 de julio de 2024

Tlaloc anuncia la llegada de los hongos silvestres en la Sierra Norte de Oaxaca

Eran las seis de la mañana de un día de septiembre. Mi abuelo Pedro Bautista, junto con mi papá, se alistaban para irse al rancho y ver que todo estuviera en orden en la milpa. El terreno estaba en medio del bosque y iban a checar las trampas que habían puesto un día anterior para atrapar a las ardillas, zorrillos y comadrejas que se comían los elotes y revisar las cercas vivas para que no pasaran los toros y vacas que rondaban en la zona y no se comieran el cultivo.

Bosque de encino-pino donde se colectan hongos

Como era fin de semana y no iba a la escuela, acompañé a mi mamá a dejar la comida; siempre me daba las tortillas y el pan en una canasta de carrizo. En lo que ellos comían, nosotras fuimos a cortar elotes para hacer atole, colectamos un huitlacoche y varios quelites. Al terminar me fui a cortar zarzamoras dentro del bosque (género Rubus). Me encontré con una gran sorpresa, algo que a mi corta edad desconocía. ¡Unos huevos blancos y rojos sembrados en el suelo le dije a mi abuelo! Cuando él se acercó me explicó que eran hongos comestibles y tal fue mi emoción que olvidé las zarzamoras. 

Me mandó por mi canasta, los rojos los cortó con una navaja, luego los golpeó por encima (no le pregunté la razón, ahora sé que era para esparcir sus esporas) y los blancos los dejó porque no estaban maduros. Ese recuerdo quedó en mi mente y mi inquietud de conocer más sobre ellos aumentó al ver una imagen de hongos comestibles y no comestibles en un diccionario básico de la editorial Larousse.

Hasta donde te encuentres, abuelito, te agradezco el conocimiento empírico que me brindaste. Ahora tengo las herramientas adecuadas para hablar del maravilloso mundo de los hongos y de mi experiencia en la Sierra Norte de Oaxaca.

Santa Catarina Ixtepeji es un municipio que se encuentra en la Sierra Norte del estado de Oaxaca. Gran parte de su territorio está compuesta de bosques templados que son importantes para la provisión de productos y servicios ambientales (Zacarías-Eslava y Castillo, 2010). Una clasificación de los productos es en maderables y no maderables, los primeros se enfocan específicamente a la madera y los segundos incluyen hongos, semillas, frutos, plantas medicinales, fibras, resinas, entre otros (Lopez-Camacho, 2008). 

Ubicación geográfica de Ixtepeji

Los hongos pertenecen al reino Fungi y a diferencia de las plantas, carecen de clorofila, son organismos eucariontes, su pared celular esta compuesta de quitina y se reproducen por esporas (Pardavé et al., 2007). Dentro del los bosques se encuentran los macromicetos que son aquellos cuyo cuerpo fructifero es visible al ojo humano y estudios previos de estos hongos mencionan que existe más riqueza en bosques de coníferas que de encinos (Landeros et al., 2006).  

Los macromicetos tienen importancia ecologica, pero además son relevantes a nivel social y económico en la época de lluvias. En principio solo se colectaban para autoconsumo pero con el tiempo empezó a tener mayor demanda debido a que el municipio se encuentran a orillas de la carretera federal que conecta con la ciudad de Oaxaca y tiene actividades de ecoturismo.  

Venta y exhibición de hongos a orilla de la carretera

A pesar de la gran riqueza y diversidad de hongos, el conocimiento de ellos a nivel local es reducido, solo se conocen unos cuantos comestibles que son comercializados. Los géneros son: Amanita, Hypomyces, Cantharellus, Lactarius, Ramaria. Estos se venden en su mayoría a nivel regional y estatal.

Hongo amarillo (Amanita basii)

Hongo rojo (Amanita jacksonii)

Hongo de chile (Hypomyces lactifluorum)

Hongo de manteca (Cantharellus cibarius)

Hongo de leche (Lactarius sp.)

Hongo cacho de venado (Ramaria sp.)

También se encuentra una especie muy apreciada en los últimos años, se trata de Tricholoma matsutake. Comúnmente se llama hongo de pino y tiene un olor característico. Este hongo se recolecta por habitantes de la comunidad y se exporta a Japón. No se vende localmente debido a que el precio del kilogramo rebasa los 500 pesos. 

Demostración del hongo de pino (Tricholoma matsutake) en un comedor de la región
 
El Lactarius indigo es otra especie que si bien no se vende normalmente, los habitantes de la comunidad saben que es comestible. Su color azul es lo que lo distingue de los demás.

Hongo azul (Lactarius indigo)
 
¡Atención! 
Se habló de las especies comestibles, sin embargo en la Sierra Norte de Oaxaca también hay especies tóxicas y venenosas. Un ejemplo es la Amanita muscaria cuya caracteristica principal es que presenta puntos blancos por encima del sombrero (tecnicamente llamado píleo). Este se conoce por la comunidad que es tóxico. Ojo, esta especie es muy parecida con otra comestible. ¡No la toques!

Hongo matamoscas (Amanita muscaria)
 
Por último un gran consejo: cuando visiten un bosque, ya sea en Oaxaca o en algún otro lugar, jamás recolecten hongos que no conozcan, desafortunadamente el desconocimiento de éstos ha ocasionado enfermedades gastrointestinales y en ocasiones la muerte de familias enteras.


Para saber más, visita:

Referencias bibliográficas:

miércoles, 5 de junio de 2024

Arrayán, regalo de la selva baja... ¡Y de los climas de transición de Tejupilco!

En cada oportunidad viajamos a Tejupilco, municipio del Estado de México, manejando por las carreteras de la sierra del estado, hasta llegar al paisaje de los pinos y encinos entre los que se encuentra el pueblo de mi papá. Pero entre los meses de enero y marzo, hay un paisaje más especial a la vista: las copas de algunos árboles comienzan a exhibir un bello color amarillo conforme los frutos del arrayán van madurando. 


Frutos maduros de arrayán.

El arrayán (Psidium sartorianum) es un árbol que puede llegar a medir hasta 30 m de altura o puede quedarse como un arbusto de un poco más de 3 m. Su corteza es de colores claros a grisáceos; se desprende y da un efecto de mosaico, similar a la guayaba, pues ambos pertenecen a la familia Myrtaceae

Altura de un árbol de arrayán, comparada con un joven de 1.70 m de altura.

Da frutos pequeños de 1 a 2 cm, muy similares a una guayaba diminuta, de color verde cuando están inmaduros y que con el tiempo cambian a un color amarillo claro. Los frutos apenas madurados tienen un sabor ligeramente amargo que se cambia a dulce en los que maduraron un poco más. 

Este árbol suele crecer en diferentes climas, especialmente en las selvas y climas cálidos; pero también puede hacerlo plenamente en climas de transición un poco más frescos. Ejemplo son los bosques templados del municipio de Tejupilco de Hidalgo que se localizan en las partes altas; la cabecera municipal se encuentra en el paisaje de la selva baja caducifolia. 

Árbol silvestre de arrayán en un bosque de pino.

Aunque en otros estados, como Nayarit, es un cultivo, en la región de la sierra del estado de México es una especie que crece de forma silvestre; puede verse cerca o entre los pinos o en las orillas de los caminos. También se puede dar de forma semisilvestre en parcelas para pastoreo del ganado, además es usado como un cerco vivo y forma parte de los huertos familiares.

Las personas que poseen el arrayán en sus huertos, cercos o parcelas, colocan sabanas o telas en el suelo para atrapar los frutos, mientras sacuden el árbol empleando ganchos de otate o las manos para hacerlos caer. Se suelen colectar a manos aquellos frutos que ya han caído del árbol, que suelen ser los de sabor más dulce, para un consumo inmediato. 

Joven colectando los arrayanes maduros que cayeron la noche anterior.

Personas colectado arrayanes de un árbol de tras patio.

También se aprovecha con fines comerciales. Hay personas que cosechan el arrayán a mayor escala para su venta a los mercados regionales y la cabecera municipal. Se usan lonas de buenas dimensiones, y ganchos más largos para llegar a los arrayanes que están más alto, cerca de las copas. Pueden ser sus propios árboles o pagan a los dueños de los predios por el permiso de poder cosecharlos. 

Colecta de arrayán con fines comerciales.

Los frutos se pueden comer en fresco después de lavarlos o preparar con ellos mermeladas, aguas, helados, paletas de hielo, pulpa, atoles. El árbol también puede ser usado como medicinal, al igual que se usa la guayaba. 

Las personas protegen y cuidan los arrayanes, pues, aunque no están domesticados, son fuente de frutos y de ingresos secundarios, dan sombra y sirven como cercos vivos para delimitar los terrenos, como madera para la construcción cuando mueren y como ornamentales.  

Fruto "pinto" de arrayán. Suelen tener un sabor más "sazonado".

Se cuidan y construyen cercos a los árboles más jóvenes en las parcelas para que el ganado no los lastime y se les quitan las plantas que les puedan hacer competencia o daño, como las tillandsias y bromelias que en los últimos años se han convertido en un problema para el cuidado de los arrayanes. Son árboles quisquillosos y no reaccionan bien a las podas, por lo que no se les lastima en lo posible durante la cosecha ni como labor cultural. 

Joven aprovecha la cosecha para retirar las bromelias de las ramas a su alcance.

Árbol joven de arrayán cubierto de bromelias.

Si tienes la oportunidad de visitar el municipio en la época del arrayán, no olvides comprar una sardina de ellos, un delicioso helado o una refrescante agua de sus frutos. 

Puesto de frutas vendiendo arrayán, en el centro de Tejupilco.

¡NO TE ARREPENTIRAS DE PROBARLO! 

 

Si quieres saber más de esta especie también puede interesarte: 

Más referencias:

Camacho-Hernández, I. L., Cisneros-Rodrıguez, C., Uribe-Beltrán, M. J., Rıos-Morgan, A., & Delgado-Vargas, F. (2004). Antifungal activity of fruit pulp extract from Psidium sartorianum. Fitoterapia, 75(3-4), 401-404.

Delgado-Vargas, F., Díaz-Camacho, S. P., Salazar-Zamora, G., Uribe-Beltrán, M. J., & Vega-Aviña, R. (2006). Psidium sartorianum (O. Berg) Nied., an indigenous plant to México, from biology to biological activity. Capítulo 4 en: JN Govil, VK Singh, C Arunachalam (eds). In Search for Natural Drugs, Volume 13, pp. 81-114.

Pío-León, J. F., Díaz-Camacho, S. P., López-López, M. A., Uribe-Beltrán, M de J., Willms, K., López-Angulo, G., Montes-Ávila, J. & Delgado-Vargas, F. (2013). Actividad antibacteriana de extractos de frutos de nanchi (Byrsonima crassifolia (L.) Kunth), arrayán (Psidium sartorianum (O. Berg) Nied.) y ayale (Crescentia alata Kunth). Boletín Latinoamericano y del Caribe de Plantas Medicinales y Aromáticas, 12(4), 356-364.

Rebollar Rebollar, S., Rubí Arriaga, M., & González Razo, F. de J. (2013). Producción y comercialización de Psidium sartorianum O. Berg Nied en el sur del Estado de México. Revista Mexicana de Agronegocios, 33, 514-526.

Valera-Montero, L. L., Enríquez-Nava, S., Silos-Espino, H., Padilla-Ramírez, J. S., Perales Segovia, C., & Flores-Benítez, S. (2018). Physicochemical properties of guayabilla (Psidium guineense), myrtle (Psidium sartorianum) and guava (Psidium guajava). Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas, 9(6), 1099-1108.


miércoles, 7 de febrero de 2024

Las zarzamoras silvestres

Seguramente en más de una ocasión has consumido algún tipo de fruto y probablemente sabes que estos son cultivados antes de llegar al mercado donde lo adquieres. Este tipo de fruto se conocen como comerciales, pero también existen los frutos silvestres que se recolectan de la naturaleza. En esta ocasión quiero platicarte sobre un estudio acerca de las zarzamoras silvestres donde evaluaron sus propiedades fisicoquímicas y su potencial alimenticio.

Planta del género Rubus, la zarzamora

Las zarzamoras pertenecen al género Rubus y la familia botánica Rosaceae. En el continente americano se desarrollan principalmente en zonas frías y templadas. Son espinosas y consideradas como especies con gran capacidad de adaptación; a menudo se consideran como una planta invasiva, promoviendo su eliminación y la pérdida de especies silvestres (Rubio et al., 2019). 

¿Alguna vez las has observado en el bosque? 

En México se reportan alrededor de 15 especies silvestres distribuidas a lo largo del territorio nacional. En el estado de Michoacán, se han encontrado diferentes especies de zarzamoras silvestres, principalmente en los municipios de la meseta purépecha, donde sus frutos son colectados para su venta en mercados regionales y también se utilizan en la gastronomía regional para la elaboración de tamales y bebidas (Rubio et al., 2019). 

Además de utilizar su fruto como alimento, sus hojas y tallos se han empleado dentro de la herbolaría tradicional para curar algunas afecciones como gripe, náuseas durante el embarazo y malestares menstruales (Hummer et al., 2010). Esto se debe a la presencia de metabolitos polifenólicos como los flavonoides y antocianinas que son conocidos por su actividad antidiabética, anticancerígena, antiinflamatoría y su destacada capacidad antioxidante (Cuevas et al., 2010; Azofeifa et al., 2013).

En el estudio "Propiedades fisicoquímicas de frutos silvestres de Rubus con potencial nutracéutico y alimenticio" de Rubio et al. (2019), se evaluaron la composición fisicoquímica y actividad antioxidante en frutos de tres especies silvestres del género Rubus y los compararon con la variedad de zarzamora comercial Tupy. Las especies silvestres se colectaron en los municipios de Uruapan y Nahuatzen en el estado de Michoacán, México.

Las especies colectadas fueron:

Rubus adenotrichus Schltdl.

A: fruto, B: tallo, C: fruto (tomada de Rubio et al., 2019, con permiso).
Rubus pringlei Rydb.

A: fruto, B: tallo, C: fruto (tomada de Rubio et al., 2019).
Rubus glaucus Benth.

A: fruto, B: tallo, C: fruto (tomada de Rubio et al., 2019).

Variedad comercial Tupy

A: fruto, B: tallo (tomada de Rubio et al., 2019); C: fruto (Tomada de Fundación Produce Sinaloa A.C.)

En sus resultados encontraron que el contenido de sólidos solubles totales fue más alto para las especies silvestres en comparación con la variedad Tupy. El alto contenido de sólidos solubles totales se refleja en el dulzor de la fruta, característica considerada en la elaboración de vinos y licores. Por lo tanto, las zarzamoras silvestres son candidatas para ser incorporadas en la elaboración de vinos y licores.

Licor artesanal de zarzamora silvestre

De igual forma, las especies silvestres mostraron valores más altos en la cantidad de polifenoles totales y también el contenido de antocianinas fue mayor, así que tenían mayor potencial antioxidante. Estos resultados muestran la importancia de las zarzamoras silvestres mexicanas como fuentes de polifenoles y su posible incorporación en la industria farmacéutica. 

¿No te sorprenden estos resultados?, el estudio nos muestra la importancia de las especies silvestres mexicanas del género Rubus, ya que pueden ser material para la obtención de nuevas variedades comerciales que puedan contribuir a la calidad alimentaria del país así como la importancia farmacéutica que tienen sus propiedades. 

Puedes leer el artículo completo aquí

También te puede interesar:

Referencias

Azofeifa G., Boudard F., Morena M., Cristo J., Pérez A., M., Vaillant F. & Michel, A. (2013). Antioxidant and anti-inflammatory in vitro activities of phenolic compounds from tropical highland blackberry (Rubus adenotrichus). Journal of Agricultural and Food Chemistry 61(24): 5798-5804. 

Cuevas R., E., Dia V., P., Yousef  G., G., García S., P., López M., J., Paredes L., O., González de Mejía, E. & Lila M., A. (2010). Inhibition of proinflammatory responses and antioxidant capacity of Mexican blackberry (Rubus spp.) extracts. Journal of Agricultural and Food Chemistry 58(17): 9542-9548.

Hummer K., E. (2010). Rubus pharmacology: antiquity to the present. HortScience 45(11): 1587-1591. 

Rubio O., E., Pérez S., R., Ávila V., T., Gómez L., J. & García S., P. (2019). Propiedades fisicoquímicas de frutos silvestres de Rubus con potencial nutracéutico y alimenticio. Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas 23(1): 291-301. 

miércoles, 31 de enero de 2024

El olor y sabor de los quelites ¿Te vale un bledo ?

Hace algún tiempo leí un libro de Patrick Süskind titulado El perfume. Historia de un asesino. La trama me produjo sentimientos encontrados: por un lado, me horrorizó, pero por otro lado me conmovió y me hizo sentir empatía por el personaje principal, no por los crímenes que cometió sino por la sensación permanente de vacío que experimentaba al no percibir olores. 
 
En el año 2021, un día me sentía muy agotada, con dolor de articulaciones y sin apetito, no tomé conciencia de que algo andaba mal hasta el momento en que tenía frente a mí un delicioso plato de pozole y me disponía a comerlo. La primera cucharada, me hizo pensar que estaba insípido, así es que le agregué sal, orégano y chile en polvo, pero no funcionó. Los días siguientes fueron muy difíciles, todo aquello que llevaba a mi boca como alimento me producía nauseas porque sentía las texturas rugosas o lisas, pero no me brindaban más información, era literalmente como masticar tela o cartón. Esta sensación me duro más de dos meses y fue una secuela del COVID-19 que adquirí en la pandemia. Ahora imagínate que te quieres refrescar con un mojito y te acuerdas de lo olorosa que es la hierbabuena triturada al fondo del vaso (Figura 1); o que prefieres un agua de limón con chaya, pero no percibes el aroma de estas dos hierbas, ¿te valdría un bledo

Figura 1. Mojito (Foto de Martha Albarrán).

Cuando utilizo la palabra bledo me refiero a la expresión utilizada en el contexto de la milpa que es un sistema del cual obtenemos alimento (Figura 2). Está constituido por maíz y otros alimentos como son frijol y calabaza. Asociados a ellos encontramos siempre otras plantas que cuando son tiernas las consumimos como alimento, son los denominados quelites. Tal vez no lo sabes, pero cuando te comes una quesadilla de flor de calabaza, o un guisado de carne de cerdo con verdolagas estas comiendo quelites. 

Figura 1. Milpa, agrosistema esencial para la alimentación mexicana (Foto de Wikipedia).

La palabra bledo significa quintonil (Amaranthus), quelite bien conocido. A este grupo también pertenece la planta que produce las semillas de amaranto que luego usamos para hacer los dulces que conocemos como alegría (Figura 3); la planta del huauzontle es una pariente. Esta palabra aparece en las crónicas de algunos historiadores cuando describen aquello que se conoce como jardines flotantes que eran brindados como tributo por los nahuas al rey de Azcapotzalco (Nuttall 1956).

Los quelites eran consumidos por los habitantes de lo que hoy es México mucho tiempo antes de la llegada de los españoles. Cuando llegaron los colonizadores ya formaban parte de la alimentación tradicional. Actualmente se reconocen más de 350 quelites y se siguen consumiendo en todo el país, forman parte de la cocina tradicional y aportan nutrientes como: vitaminas, minerales, antioxidantes y ácidos grasos (CONABIO). 
 
Los quelites son verduras tiernas que se pueden consumir como platillo principal, como complemento o como condimento, algunos de ellos son utilizados como hierbas de olor. Se puede comer la planta completa (sin la raíz), las hojas, los peciolos, las flores o las plantas tiernas o rebrotes. Algunos ejemplos son: verdolagas, hoja santa, chaya, pápalo, epazote, alaches, quintoniles y romeritos. De las flores las más consumidas son las de calabaza, agave, colorín, yuca, guaje y huazontle (inflorescencia). Aunque son deliciosos, hay que tener precauciones ya que algunos contienen oxalatos que pueden ser tóxicos pero que se eliminan fácilmente hirviéndolos o estrujándolos (Video 1). 


Video 1. Tomado de CONABIO

La Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, tiene un espacio destinado exclusivamente a los quelites. En él encontrarás algunos recetarios y videos bastante interesantes sobre sus usos, valor nutricional, e inclusive un cuento para que los conozcas. Te dejo algunas ligas de interés y te invito a disfrutar de sus beneficios y sabor.  

miércoles, 10 de enero de 2024

"Polochocos", ¿el segundo fruto del guaje?

Sin importar si conocemos mucho o poco de botánica, la naturaleza siempre encontrará un modo de sorprendernos con sus formas caprichosas, y la verdad esta es una de las razones por las que me gustan tanto las plantas. 

En esta ocasión, les platico de cuando me encontré con un árbol con dos tipos de frutos diferentes, o al menos, eso fue lo primero que pensé al observar aquella ramita. 

Árbol de guaje, a la izquierda se observa le fruto en forma de vaina y a la derecha el "polochoco"

El árbol del cual les hablo es un guaje, Leucaena sp. Es una leguminosa de porte arbóreo, común en región Tehuacán-Cuicatlán. Sus frutos son vainas, parecidas a un ejote de frijol aplanado, rojas y largas, que son consumidas en muchas partes cuando están tiernas o maduras. Se emplean en distintos platillos, como salsas, guisos, o simplemente como un buen bocado energético cuando se anda en campo. 

Árbol de guaje en Acatepec, Puebla

Esta planta fue observada en un sistema agroforestal del pueblo de Acatepec, en Puebla, durante un recorrido guiado por la señora Elfega, una mujer orgullosa de sus muchos saberes sobre las plantas de la región y con una disposición extraordinaria a guiar a quienes no somos tan versados.

Mientras todos en el recorrido observamos el hermoso paisaje terraceado, la señora Elfega me pidió acompañarla a ver los “polochocos” o las “manzanitas de guaje”. Sobre una terraza cercana se encontraba un árbol de guaje con una bolitas rojas en vez de vainas que ella bajó con sus manos. 


Polochocos y botón floral

Tomó una y me ofreció otra mientras le daba la primera mordida a esa pequeña manzanita y yo simplemente no podía entender cómo es que ese guaje también daba manzanitas. Al parecer ahí en Acatepec todo el mundo conoce los “polochocos”, los consume, y les parece normal observar un árbol con dos tipos de fruto, pero ese no era mi caso.

Sin entender muy bien qué eran los polochocos, me lo comí también. Diría saben cómo un guaje tierno, pero un poco jugoso y un poco dulce, lo cual les sonará raro a quienes hayan comido un guaje antes, pues las vainas tienen un sabor fuerte, más bien parecido al ajo, y son secas y astringentes. 

Después de investigar un poco al respecto, les puedo decir que los polochocos no son otro tipo de fruto del guaje como yo pensé de primera impresión, sino que son agallas.

Rama con guaje tierno y polochoco

Las agallas son el resultado de una de estas formas caprichosas de las plantas de relacionarse con otros organismos. A menudo reaccionan a la presencia de algún organismo con anomalías en el crecimiento de los órganos o partes de las plantas. 
 
La cecidología estudia a las agallas de las plantas, y éstas pueden ser provocadas por virus, bacterias, hongos, rotíferos, nematodos o artrópodos, entre ellos, ácaros e insectos (Nieves-Aldrey, 1998). En el caso del guaje, se ha estudiado la fauna relacionada con la formación de agallas en el fruto, que evitan la formación de la vaina. 
 
Un estudio interesante en el año 2013 de la Sierra Norte de Puebla encontró a un insecto agallador del guaje, un díptero de la familia Cecidomyiidae (Gabriela Pérez-García et al., 2012). Este insecto pone sus huevos dentro del botón floral, causando que alrededor del huevo y posteriormente de la larva, crezca el tejido que forma al “polochoco”. En siguiente imagen, tomado de este trabajo, se puede observar un corte del polochoco, con la larva en el centro.
 

Relaciones simbióticas dentro de la agalla asociada al fruto del guaje (Leucaena spp.), (a) Torymidae parasitando a Cecidomyiidae, (b) Eulophidae como fitófago, (c) Ichneumonidae parasitando a Tortricidae, (d) Tortricidae en la capa cortical mientras que dentro de la cámara larval Torymidae parasitando a Cecidomyiidae, (e) Tortricidae como oportunista.
Imagen tomada de Gabriela Pérez-García et al., 2012 (CC BY-NC-SA 4.0).

También se documentó que este insecto a veces no termina su ciclo de vida porque es parasitado por otros insectos, como dos especies de Eulophidae que se adueñan de la agalla y matan a la primera larva. Además se encontraron otros insectos asociados a diferentes niveles en este complejo entramado de relaciones biológicas, entre ellos tres especies de Eurytomidae , una de Torymidae, y una de de Ichneumonidae (Gabriela Pérez-García et al., 2012).

Usualmente las agallas son un refugio y una fuente de nutrición para el organismo que las provoca, pero las personas también les hemos encontrado gran utilidad. Algunas se usan con fines medicinales, otras para curtir pieles, tatuajes de algunas tribus, ornamentos corporales, aunque pocas se han registrado como comestibles. La especies mencionadas aquí, muy probablemente no son las únicas especies involucradas en la formación de agallas en el fruto del guaje, pues se conoce una gran cantidad  (al menos 13 mil) especies de insectos que provocan agallas en plantas (Nieves-Aldrey, 1998).

Una vez resuelto el misterio del árbol con dos frutos diferentes, me gustaría preguntar a quien esté leyendo este texto, ¿Conoces algún otro ejemplo de agallas comestibles?

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Fuentes consultadas

Nieves-Aldrey, J. L. 1998. Insectos que inducen la formación de agallas en las plantas: una fascinante interacción ecológica y evolutiva. Boletín de la Sociedad Entomológica Aragonense 23: 3–12.

Pérez-García, A., Barrios, B., Equihua-Martínez, A., Vázquez-Huerta, G., Luna-Díaz, A., & Chaires-Grijalva, M. P. 2013. Determinación preliminar de la biología y hábitos de la entomofauna asociada a las agallas del fruto del guaje (Leucaena spp.) en la Sierra Norte de Puebla, Mexico. Entomología Mexicana 12(2): 1258-1263.